martes, 21 de octubre de 2014

Cambio de armarios

Llevamos un mes, desde que entró el otoño, que no nos aclaramos, nos propusimos hacer el cambio de armarios siguiendo el calendario ¿que entra el otoño? pues ¡ala! nosotras a piñón fijo, a tener en el armario del dormitorio la ropa propia de la estación, aunque en primavera y en otoño la cosa está menos definida, pero así y todo y aún con la pereza que nos dan estas mudanzas nos pusimos a ello.

Pero una cosa es la tradición y otra muy distinta la meteorología, así que este año la realidad se ha propuesto darnos mas de un sofocón a las previsoras (¿o previsibles?) y llevamos ya unas semanas en que los comentarios más habituales en la calle y en los blogs son: "es que con este calor ya no sé que ponerme y además he cambiado los armarios...".

Esta semana quedé con una amiga para hacer unas compras, hicimos el inevitable comentario sobre el tiempo y ella me contó una anécdota.

Para poneros en antecedentes, esta amiga ha sufrido episodios de sonambulismo desde niña y aunque ahora son menos frecuentes, todavía de vez en cuando surge alguno...

Su historia:

"Ayer, como todas las mañanas, cuando me iba a trabajar, fui a darle un beso de despedida a mi marido (también lo conozco) y vi que el me miraba con cara de alucinado y me preguntó:
-¿Pero a donde vas?
-¿Pues a donde voy a ir? A trabajar.
Respuesta de él:
-¿Así?
Y entonces me dí cuenta de que estaba vestida solamente con la ropa interior, pero con las sandalias y el bolso colgado del hombro...
-Tranquilo cariño, primero voy al piso de abajo, que la semana pasada llevé la ropa de verano a la habitación de los críos"

¡Como me hubiera gustado ver la cara de él, seguramente pensando que ella estaba sonámbula otra vez!