Todavía recuerdo cuando llegaste a casa, tengo que reconocer que al principio no estaba muy convencida de que te fueras a quedar, ni siquiera estaba segura de que fueras lo que necesitaba en esos momentos, pero el tiempo le dio la razón a Cesar, y nos acostumbramos a ti.
Has compartido muchísimas cosas con nosotros, las frías mañanas de invierno, cuando había que madrugar y salíamos de casa casi a oscuras a dar un paseo y luego a trabajar, pero también el calor de esas maravillosas noches de verano en que da tanta pena acostarse y parece que pudiéramos estirar el tiempo, para hacer una larga sobremesa, para tener una tertulia amena, o simplemente disfrutar del aroma del jazmín,
También has sido testigo de muchos cambios, de seres que fueron y ya no son, ¿recuerdas aquellas primeras plantas del jardín? ¿recuerdas aquellas perritas con las que jugábamos? ¿recuerdas lo jóvenes que eramos?. Pero el tiempo pasa, deja su huella, y también se lleva cosas, esta tarde, por sorpresa, te has ido tu, cuando menos lo esperaba, he vuelto del paseo y me ha extrañado que no estuvieras....después de diecisiete años y medio.
Ahora me doy cuenta de que tenían razón los que alababan tus virtudes, y que no se como voy a reemplazarte. Es verdad todo lo que dijo Cesar de ti, las lamparas de bajo consumo ¡DURAIS MUCHO!